martes, 28 de septiembre de 2010

Huelga (decir) general.

Mañana yo no voy a ir a la huelga; así de claro lo digo. Y no voy por unas cuantas razones. La principal es que creo que no vale para nada. No se consiguirá nada, por mucho que los sindicatos nos intenten convencer de lo contrario.
Por otro lado creo que este gobierno desgobernado la merecía mucho antes que ahora; es mi opinión. Es cierto que con esta ley han retrocedido años, eso es innegable, pero también es innegable que hace tiempo que lso sindicatos deberíand de haberle tirado de las orejas al señor Presidente y sus Ministros. Ya sólo con el tema del paro había más que suficiente para ir a la huelga y soplarle al oído que las cosas estaban crudas con la patronal y que bueno, que la situación era la que era, pero que había que hacer algo por el bien (común) de empresarios y trabajadores (no sólo de empresarios). Porque hay algo que es de cajón: sin empresarios mal van los trabajadores. Porque trabajadores (de aquí o de países de fuera) va haber siempre. Es lo que hay y tenemos que asimilarlo. Ahora bien, yo creo que no es de recibo (y cada vez que escribo esta palabra me acuerdos de las, malísimas, compañías éléctricas); no es de recibo, decía, que se vaya a derechos conquistados. Facilitar el despido y tocar las pensiones, por ejemplo no han sido unas ideas brillantes, y no creo que ayuden a salir-superar- dejar atrás, esta crisis galopante. Ojalá me equivoque y la reforma laboral logre la creación de empleo estable (hoy en día un sueño casi imposible), ojalá.
Ah, señores sindicalistas, otra cosa: dejen trabajar a los que, por derecho, quieran hacerlo. Porque lo de piquete informativo es uno de los mayores fraudes sintáctico-gramático de la historia de la lengua.
Y el que quiera ir que vaya, claro, que yo no escribo esto para convencer a nadie, sino para dejar constancia de lo que ocurre en este lugar llamado Coruña-Galicia-España. O lo que yo creo que ocurre, vaya.
Otra cosa: en intereconomía leí esto:

El día 7 de agosto, Ignacio Fernández Toxo embarcaba a bordo del Empress en compañía de su mujer en el puerto de Copenhague, para disfrutar de un crucero de una semana por los países bálticos.

De acuerdo con la información obtenida por este periódico, el precio de estas vacaciones marineras fue de 3.150 euros. La empresa Pullmantur, organizadora del crucero, asegura a LA GACETA que la travesía fue contratada a través de “una importante agencia de viajes y que la compañía recibió la totalidad del importe del crucero según la tarifa vigente”.

Este periódico ha podido averiguar que la agencia en cuestión es Viajes Iberia y que los billetes se abonaron en la delegación que esta sociedad tiene en el interior de la sede central de CC OO en Madrid, en su primera planta.

Sin embargo, en la misma agencia de Viajes Iberia comentan que Toxo “no ha venido por aquí, al menos desde comienzos de mayo”. Si bien es cierto que podría haber hecho la prereserva del viaje con una antelación superior a los cinco meses. Viajes Iberia es propiedad de Turmed, que a su vez tiene como máximo accionista a Imperial Holding, radicada en los Países Bajos.

Todo incluido
El camarote en el que se alojó el matrimonio Toxo-González está en la zona G del barco Empress (ver fotografía adjunta). La pareja se alojó en un camarote con vistas al exterior. Cuenta con televisión, caja de seguridad, cuarto de baño, secador de pelo...

El secretario de CC OO pudo disfrutar además de todos los servicios del crucero, que incluían camarero privado, spa, masajes, sauna, gimnasio, peluquería, piscinas...

LA GACETA ha ido informando de estos detalles en exclusiva desde el pasado jueves, así como de las reacciones de los representantes del sindicato de CC OO, que en 2009 ingresó 118 millones de euros en cuotas de sus 1,2 millones de afiliados.

Para Fernando Lezcano, secretario de Comunicación, “las vacaciones del secretario general de Comisiones Obreras pertenecen a su vida privada”, al tiempo que ha insistido en no confirmar ni desmentir la información sobre este crucero de lujo.

Este diario se ha vuelto a poner en contacto con CC OO para conocer quién financió las vacaciones de su secretario general, a lo que Lezcano ha respondido: “No sé cómo tenéis la desvergüenza de llamarme”. Previamente, había insistido en que Toxo “de haber ido al crucero, estoy convencido de que lo ha pagado con su dinero”.

A falta de una semana y media de la huelga general del 29 de septiembre, Ignacio Fernández Toxo, preguntado sobre sus vacaciones marineras, respondió: “¿A ti qué te importa? No tengo por qué dar explicaciones. Se trata de mi vida privada”. Vacaciones que comenzaron una semana antes de embarcar en el Empress, con la estancia de Toxo y su mujer, Juana González, en Ferrol, visitando a la hermana de éste.

El portavoz de Empleo del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, José Ignacio Echániz, censuró “el sindicalismo burgués en crucero de lujo”. Y añadió: “Parece que no a todos les afecta la crisis de la misma forma. Ojalá que los cuatro millones de parados pudieran permitirse un crucero por el Báltico”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también se hizo eco de esta información mostrando, en un programa de Telecinco, la portada de este periódico ante una incrédula presentadora.

Pullmantur, empresa organizadora del crucero perteneciente a Royal Caribbean, ha desmentido a LA GACETA que se esté planteando en ningún caso una remodelación de su plantilla ni despido alguno.


No es un buen ejemplo, el señor Fernández Toxo... o sí.

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