jueves, 19 de abril de 2012

Vuelve

Que se vaya esta lluvia
Que se alejen las nubes
Que se apaguen los rayos
Que se abrase este frío
Me basta tu ausencia
Para saber que sin ti no vivo.

martes, 10 de abril de 2012

jueves, 29 de marzo de 2012

La sonrisa extasiada


Mi lengua acaricia tu sexo
Mis dedos cumplen tus deseos
Y tu sueños viajan serenos
Camino del Universo.

jueves, 15 de marzo de 2012

Polos opuestos

Tu alma siempre gira a la derecha
y a la izquierda siempre va la mía
Es lo nuestro un amor imposible,
sin fecha,
para cada segundo de cada minuto de cada hora
de cada día.
Es lo nuestro el amor imposible
de soñar sin medida.

jueves, 8 de marzo de 2012

Arrepentimiento

En el mar de mis ojos veo la tormenta que se acerca
En el mar de mis recuerdos veo tu barco sin gobierno
En el mar de mis sueños veo tus maletas abiertas
En el mar de mis despojos veo tus lágrimas y lamentos
Y siento en mi cuerpo
El veneno de la flecha que siempre acierta.

jueves, 1 de marzo de 2012

Te vi


Perdido en el laberinto de tus recuerdos
Panal sin miel
Náufrago de tus sentimientos
Lápiz sin papel
Reo de tus besos
Trapecista sin red
Víctima de tus deseos
Eso siento
Cuando estás con él.

jueves, 16 de febrero de 2012

Tú y yo

Y detrás de aquella luz
siempre estabas tú.
Y por encima de todo
siempre estaba yo.
Y entre nosotros
siempre, siempre, la incertidumbre el amor.

viernes, 10 de febrero de 2012

Plegarias

Y si las estrellas tuviesen corazón
y las nubes alma?

Y si el viento habla
y la lluvia canta?

Y si el sol quiere
y la luna ama?

Y si la tierra llora
y los mares adelgazan?

y si tú no haces lo que piensas
y yo no digo lo que siento?

Y si rezo para que lo hagas
Y tú rezas para que yo no diga nada?

jueves, 2 de febrero de 2012

Regalo

En tus ojos hallé
el espejo que había buscado.

En tus labios encontré
mis besos robados.

En tu boca escuché
palabras que no había imaginado.

En tus brazos sentí
el calor del pecado.

En tu amor saboreé
el cariño olvidado.

En mis manos tuve
tu cuerpo,
el mejor de los regalos.

jueves, 26 de enero de 2012

Recuerdo

Bajo el enigma que envolvía tu falda
encontré ríos y montañas.

Y bajo la piel de tu vientre
un volcán lleno de lava.

A tu lado sentí el calor del sol
cuando besa y abraza.

Y en tus labios saboreé
el salitre de la mar brava.

Sobre el rocío de tu cuerpo
entregué lo mejor de mi alma.

Ahora recuerdo tus caricias y aquella
cara
Ahora que mi vida se acaba
y ya no vale nada.

martes, 24 de enero de 2012

Página 2

...motivo más, como otro cualquiera, por el que salir de casa, igual que tomar un poco el fresco al anochecer, en verano, o traer a las vacas de pacer antes de cayera la noche, en el invierno. Era un acto más de un día más y no había razón para seguir preocupándose por ello. Allí, en el Valle del Sordo, en aquella zona de aldeas remotas donde nadie alzaba la voz, se hacía lo que se hacía sin darle demasiada importancia a lo que uno había hecho, fuese bueno o malo, aunque, como en toda regla, debía de haber alguna excepción.
Don José se desvistió con la misma tranquilidad que se les supone a los santos, olvidándose por completo de lo que había estado cavilando unos minutos antes, y lo recogió todo, dejando la estancia perfectamente ordenada. Tras observar que no quedaba gente en el interior de la pequeña iglesia, caminó por el estrecho pasillo central que permitía la escasa separación entre bancos. Llegó al portalón de la entrada, lo cerró con una de las dos llaves que llevaba en la mano y bajó luego despacio, y con mucho tiento de no resbalarse, las siete escaleras hechas en piedra que lo dejaban en la explanada que había delante mismo del camposanto; desde aquí pudo ver la totalidad de casas que formaban la aldea. Durante unos instantes se quedó allí, pensativo.
Visto como iba en ese preciso momento ya no se parecía en nada al cura que había dado la misa: llevaba puestas unas botas de agua que le subían casi hasta el pecho y un cesto de mimbre le colgaba de su hombro derecho. Una gorra enorme y de color verde, a juego con el chubasquero que vestía, le cubría su ancha y despoblada cabeza. En su mano izquierda iba la caña de pescar, una Mitchell pequeña y con carrete, mientras que en su otra mano sólo contenía el vacío creado por la ausencia de una faria que presidía, desde el mismo instante de cerrar el portalón, su amplia y maloliente boca.
Guardó las llaves que cerraban la iglesia, dejándolas bajo el asiento de su Renault Ocho azul y miró de nuevo a su alrededor. Comprobó que no había rastro de las pocas

Nothing Compares 2 u (Sinéad O'Connor)

lunes, 23 de enero de 2012

Piel de Salitre

Por fin está en las librerías mi segunda novela. Estoy muy, muy feliz. Me hacía una ilusión tremenda verla publicada; diría que una ilusión especial. Es otro sueño que se hace realidad, donde se han mezclado el cariño, el esfuerzo y la necesidad. Y se hace gracias al apoyo de mucha mucha gente. A mi editorial Espaciocultura, a Emilio, a Alfonso, a Maricarmen, sobre todo, y a muchas, muchísimas personas más:Rafael do Casino, Asun, Crisanta,Aurelio, Suso Lissta, Juan Mosqueira.
¿Se puede escribir una novela con el corazón? Definitivamente sí. Y la prueba está en estas quinientas y pico páginas que ya pululan en forma de libro.
En estos momentos me acuerdo de amigos, de la familia y de conocidos. Me acuerdo de sus palabras de ánimo, de sus comentarios siempre optimistas y positivos, de su plena confianza. Me alegro mucho por todos ellos, de verdad. Y por mis padres, por supuesto. Por ellos por los que más, obviamente.
Espero que los lectores de esta novela disfruten de ella tanto o más que yo cuando le daba forma y sentido a las palabras que otros me regalaron cuando me contaban sus historias personales. Cuando alguien dijo que Piel de Salitre es una novela con alma gallega no se equivocó. Porque el alma gallega es algo universal, de todos, sea de donde uno sea: de Australia, de Sudamérica o de un pueblecito de Canadá.
Gracias por venir a la presentación y por estar siempre ahí.

Un abrazo para todos y cada uno de vosotros. Muchas gracias, de verdad.

página 1

I) SU MOMENTO

No había transcurrido un mes desde la Semana Santa y don José retomó de nuevo el tema de la importancia que adquiría la verdad en la vida cotidiana del Hombre. Durante casi toda la plática el párroco había hecho especial hincapié en la frase en la que Jesús, hablándoles a los judíos que habían creído en Él, decía “conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”, que venía reflejada, y convenientemente subrayada a lápiz rojo por el propio clérigo, al comienzo de los Nuevos Altercados, en el Evangelio según San Juan. Había sido al repetirla por sexta y última vez cuando tuvo el mismo y triste convencimiento del que habla sabiendo que lo hace dirigiéndose a una sorda e inmensa pared. Una extrañísima sensación de soledad le recorrió de arriba a abajo el cuerpo, secándole de golpe la boca y enfriándole luego los pies. De esa manera, y con los ojos clavados en los únicos senos adolescentes que había en la primera fila de bancos, comprobó la enorme diferencia que existía entre oír y escuchar; porque todos los allí presentes, que eran pocos y en su mayoría viejos, le oían, sí, pero ni uno solo, ni uno, ni la chiquilla, le escuchaba con la atención necesaria para entender sus palabras. “La culpa es de todos”, se dijo él con el pensamiento, sin apartar la vista de la muchacha. Y era cierto. La culpa era de todos pero siempre empezando por él mismo, que desde su llegada a la parroquia de Lareira, casi treinta años atrás, no había sabido, ni querido, predicar con el ejemplo.
Tras el “podéis ir en paz” del final de misa, el cura se convenció de que la totalidad de los escasos asistentes al acto religioso pensaba ya en cualquier cosa menos en aquella frase que él había repetido con tanta paciencia y tan poca fe. Nadie mejor que él sabía que ninguna de aquellas personas dedicaría ni un solo segundo de su existencia a reflexionar sobre lo dicho desde el púlpito esa mañana. Tampoco él lo haría: se despidió del sacristán, empujó la puerta de la sacristía con desdén y entró sin el amargor que había padecido antaño. Para los habitantes de aquella aldea, el hecho de ir a misa era un...

Esperanza

(de Jesús M. Santos. Rocaeditorial)

El joven aprediz de pintor (Joaquín Sabina)




El joven aprendiz de pintor que ayer mismo
Juraba que mis cuadros eran su catecismo
Hoy, como ve que el público empieza a hacerme caso,
Ya no dice que pinto tan bien como Picaso.
En cambio la vecina que jamás saludaba
Cada vez que el azar o el ascensor nos juntaba
Vino ayer a decirme que mi última novela
La excita más que todo Camilo José Cela.
¿Y qué decir del manager audaz y decidido
que no me recibió, que siempre estaba reunido?
Hoy, moviendo la cola, se acercó como un perro
A pedir que le diéramos vela en este entierro
Y yo le dije: no,
No, no, no, no, no, no
Ya está marchita
La margarita
Que en el pasado he deshojado yo.
El torpe maletilla que hasta ayer afirmaba,
Que con las banderillas nadie me aventajaba,
Ahora que corto orejas y aplauden los del siete
Ya no dice que cinto tan bien como Antoñete.
La propia Caballé que me negó sus favores,
La dive que pasaba tanto de cantautores
Llamó para decirme: "Estoy en deuda contigo,
Mola más tu Madrid que el aranjuez de Rodrigo."
¿Y qué decir del crítico que indignado me acusa
de jugar demasiado a la ruleta rusa?
Si no hubiera arriesgado tal vez me acusaría
De quedarme colgado en calle Melancolía
Y eso sí que no,
No, no, no, no, no, no,
Ya está marchita
La margarita
Que en el pasado he deshojado yo.

jueves, 19 de enero de 2012

La frase

La mayor parte de la escritura se hace lejos de la máquina de escribir (Henry Miller)

Someone like you (Adele)

Musas

Ahora que las musas han regresado
con otros nombres y otros rostros.
Ahora que me susurran palabras de amor
mientras se iluminan sus ojos.
Ahora que sus silencios llenan cientos de folios
cuando antes me volvían loco.
Ahora que me falta tiempo
porque todo lo que escribo me parece poco.
Ahora que las invito a quedarse a mi lado
mientras comentan que no me equivoco.
Ahora que vivo rodeado por ellas y sus ideas
y ya nunca me siento solo.
Ahora que miro al futuro de frente
y no me escondo.
Ahora que recuerdo sus miradas
y me acuesto de madrugada.
Es ahora, queridísimas Musas,
que la felicidad me acompaña,
y respiro hondo,
y disfruto lo que hago hoy
sin pensar demasiado en el mañana;
es vuestro consejo...
vuestro deseo...
y os obedezco.

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