martes, 6 de julio de 2010

Joaquín Sabina

Señor Joaquín Sabina,hubo un tiempo en el que le admiré,y fui a todos y cada uno de los conciertos que usted dio en esta ciudad de cantamañas y "quedabienes"; a todos. De hecho, mis amigos, que son currantes de los de verdad, y no de esos que se sientan frente a un ordenador y sestean quince días al mes, van a ir al que está programado para este sábado 10 de julio en el Coliseum. Yo me he negado en redondo. Y me he negado convencido del todo. Es más, me indigna que usted, o su representante o la persona encargada de negociar su cotización, o quién demonios sea, no haya podido (o no haya querido)rebajar el coste de la entrada. Cuando leí los precios me quedé... dolido, la verdad: 45 euros el tendido bajo (numerado), 40 euros el tendido medio (numerado) y pista, y 35 euros el tendido alto; la más barata vale ¡35 euros! No sé quién se cree que es, sinceramente; o no sé quién cree quién es usted. a lo largo de estos años le he perdonado tantos desafinos, tantos excesos y tantas payasadas, que casi me da vergüenza reconocerlo. Le defendido muchas veces, y tal vez por eso, el otro día, uno de mis amigos me llamó renegado y medio-burgués; me lo dijo también por no hacer el esfuerzo de cotizar esos 35 eurazos. No me pareció mal, ni se lo tengo en cuenta,pero usted comprenderá muy bien que no los pague porque usted mejor que nadie sabe que hace tiempo que su voz no es su voz y algunas de sus últimas canciones no son más que un desagüe. En este país de pelotas y escaladores de vidas ajenas queda estupendo decir que Joaquín Sabina es un genio y un fenómeno.No creo que sea para tanto. Convencido estoy que habría muchos más Sabinas si el sistema y la sociedad dejaran salir a la luz a esa otra gente que se lo curra de lo lindo. Sin padrinos ni apadrinazgos todos morirán en la orilla de los sueños, convencidos, eso sí, de que si pasasen por el aro de las grandes compañías de música quizás hubiesen llegado lejos, tan lejos que un día incluso cobrarían más que los 35,40 y 45 euros que cuesta ir a verlo a usted. Es una pena, pero funciona así. o lo aceptas o no. lo tomas o lo dejas. Y yo lo dejo, señor Sabina. Los tiempos no están para tirar el dinero, ni para regalarlo a un tipo como usted o al que le representa o al que gestiona el Coliseum y sus tarifas (que también puede ser). Desde hace un año y pico, en noviembre hará dos, todo evento que me cueste más de 20,75 euros (el precio de mi novela), lo descarto; no voy, me niego. Y ya pueden venir los Rolling Stones teloneando a AC/DC, que me da igual. Es una cuestión de moral y de principios. Es más, me atrevo a decir aquí que mi novela es cara, pero también digo que hice todo lo posible por bajar ese precio. Espero que usted haya hecho lo mismo. Si es así: feliz concierto. Y si no pues también: no haga el ridículo, cumpla con dignidad y cuando esté solo, y tranquilo, piense lo que fue, lo que quería ser, y en lo que se ha convertido. Yo escucharé su disco (y los anteriores)... las veces que me apetezca sin pagar un euro más de lo que me costó el día que lo compré.

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