lunes, 8 de marzo de 2010

La directora de RR.HH.

Tengo un familiar bastante más joven que yo que también es mensajero(bueno, el dice que es repartidor, de una cadena de supermercados; mensajero, vamos, porque si yo llevo papeles y envíos de aquí para allá, él lleva las cajas de los encargos de los clientes del súper a sus casas). El caso es que me llevo muy bien con él y de vez en cuando me llama para tomar algo los jueves a la noche en la cervecería Estrella Galicia. Siempre me cuenta buenas historias porque el cabrón sabe contar historias (no como tú, dice, que te lías, primo). La última fue un culebrón que se resolvió este viernes pasado. todo había empezado en verano dl 2009 cuando la encargada le dijop que lo llamaban de la central. Era la directora de Recursos Humanos. De camino al polígono donde están las oficinas fue pensando en el motivo por el que lo habían hecho llamar: demasiadas multas, los piercings, el tatuaje en el cuello, el pelo un poco largo de más... podían ser tantas cosas.
-¿Qué tal, Fernández? -le preguntó una mujer de no más de treinta años, alta, rubia-castaña, "con unos ojos, primo, ¡qué ojos! y pija, eso sí; muy pijita, con su trajechaqueta y su blusa semitransparente, de esas que dejan adivinar el sujetador y el resto, ¿no sabes?".
-Hola, ¿qué tal?
-Soy Jota Hache, la directora de Recursos Humanos.
-Sí, lo sé, me dijeron que me había llamado...
-Sí, mira, vamos a ver, te explico muy rápidamente de qué va este asunto. Resulta que como bien sabrás en esta empresa está prohibido que nuestros trabajadores sean pareja o tengan, digamos, alguna relación que vaya más allá de la puramente profesional.
-Sí, sí, lo sé -le dijo mi primo pensando en Ese, en Eme y en Be; las tres chicas con las que se aha acostado desde que entró a trabajar en el súper.-, sí, sí, claro.
-¿Cuántos años tienes, Ele?
-Veinticinco.
-Veinticinco. Bueno, bueno... pues hay una trabajadora que me ha dicho que has estado saliendo con una tal Eme Te durante seis meses y medio -hizo una pausa, cruzó las piernas y luego también los brazos-; ¿tienes algo que decir a eso?
-No, no; nada... es verdad. No tengo nada que decir... empezamos un día de broma en el almacén y... bueno, pues eso.
-Mira, Ele Fernández, por esta vez va a pasar... pero va a pasar porque me vas a devolver el favor.
-¿Y cómo?
-Ves este hombre de aquí -le dijo mostrándole un cuadro de encargados y directores comerciales-; y esta chica de aquí.
-Sí.
-Quiero que compruebes que están juntos.
-¿Yo?
-Sí, tú. Tienes tiempo y tendras permiso para salir y fichar cuando quieras siempre y cuando dentro de... ¿un mes? ¿un mes será sufiente?
-No sé, ni idea.
-Sí, un mes. Quiero que me confirmes si están juntos o no, ¿vale?
-bueno, vale. pero...
-Pero nada. Y quiero un par de fotos, o una grabación de vídeo en el móvil... algo que pueda corroborar lo que tú me digas, ¿de acuerdo?
-Sí, si no hay otro remedio.
-El remedio que hay es que mañana te hagan el finiquito (o ni eso) y hasta otra... y tal y como están los tiempos... no sé yo si te compensa.
Mi primo se quedó pensando (eso me dijo; concretamente me dijo que la gente está leyendo demasiado al Larsson ese; y que la gente se montaba unas películas en su cabeza, en fin, es lo que hay, se dijo) y aceptó.
En quince días, mi primo tenía fotos y dos pequeñas grabaciones de vídeo; bueno una no era tan pequeña... la recortó él, porque se veía a aquella pareja en el coche, cerca de casa de la chica, "más entusiasmados que los reyes del mambo", durante dieciocho minutos, y tampoco era plan de convertirse en un "paparachi" de esos. Se las dio a la directora de Recursos Humanos y se olvidó del tema... hasta este viernes cuando se supo que el que iba a ser, según todos y todas,(ya se había anunciado en la empresa) el nuevo director de Recursos Humanos (un trepa de los de carrera y que ya le había dicho dos veces a la directora que él lo que buscaba era su silla, su puesto y su despacho, así,literal) presentó su dimisión alegando motivos personales ("como la serie esa, primo; lo que yo te digo que a la gente se le va la pinza").
Y esa tarde mi primo recibió una llamada en el móvil. Era la directora: que lo invitaba a cenar... a solas... en su casa "que nunca se sabe lo que puede pasar", también literal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario