lunes, 27 de diciembre de 2010

Se acaba el año

Hoy es el último lunes del 2010. Es hora de recapacitar y hacer balance. Estos doce meses han tenido de todo: bodas, bautizos, comuniones, funerales, entierros. He conocido a media docena de personas que valen mucho, muchísimo, la pena. Ya sólo por eso el año habría sido positivo. Son lo que yo llamo buena gente; gente en peligro de extinción. Espero estar a la altura de su amistad. También me dado cuenta de los que están por lo que están, del paripé que asola todo "ese mundillo de la literatura". He echado de menos alguna llamda de teléfono, algún correo electrónico, alguna palabra sincera, sin recovecos ni dobleces... así es la vida para algunos. Lástima. El vacío que produce la soledad debe de ser horrible... se les nota.
Este año he leído unos cuantos libros, he escrito, he vivido. He estado enfermo y me he recuperado. Me han engañado... y me he dejado engañar... sólo para ver hasta donde podían llegar.Casi ha sido divertido... si no fuera por el látigo implacable de la decepción. ¡Qué pena!
Y este año fue el año de Ele. Mi Ele. La gran Ele. Y de I. El año que fui feliz. El año en el que supe lo grande que es el mundo contigo, con vosotras, aquí.
Feliz año a todos.
Salud y Suerte para todos, incluso para los que alguna vez desearon que no llegara hasta aquí.
Que Dios os perdone... porque yo ya lo he hecho.

1 comentario:

  1. ¡¡Feliz año, Ele!! Bueno... y a ese crápula de padre que tienes, también ;)
    Un abrazo.
    Pablo.

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