jueves, 9 de diciembre de 2010

En

En el albero de tus ojos consumo mis días
esperando en vano a que tú te decidas.
En el mar de tus sonrisas navego a la deriva
ignorando si amainará mi amor algún día.
En el volcán de tu cuerpo imagino mi alegría
con el deseo de lo imposible abriendo mis heridas.
En el aire de tus besos se confunden mis diatribas
recordando que jamás confesé lo mucho que te quería.

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