lunes, 13 de diciembre de 2010

Cediendo el paso

Durante este último mes me he estado fijando en algo que puede parecer extraño (tal vez lo sea): elaborar una estadística casera de los conductores que ceden el paso (sin que ninguna señal lo haga obligatorio); para mí es un gesto que agradezco y que al mismo tiempo los define y valora. Mi coche es un coche normalito del todo, un coche de mensajero, vamos.
Empiezo:
Las mujeres (una por cada cinco varones) te dejan pasar más (por lo menos a mí) que los hombres.
Dentro de las mujeres, las que tienen coches de menor valor(una de cada tres) son más amables y sonrientes que las que conducen BMW, Mercedes o Audi.
Y dentro de las mujeres que tienen coches modestos, las de mediana edad, es decir de treinta hasta cincuenta años, son más comprensibles con un tipo como yo. (Tres de cada cuatro dejan que pase yo). Curioso, ¿no?
Vayamos con los hombres:
En la mayoría de las veces (en siete de cada diez oportunidades ocurre así)me deja pasar antes un conductor que lleva un BMW, Mercedes o Audi, que otro con un coche más humilde. (Lo que me ha sorprendido un poco la verdad)
Y son los hombres que pasan de los cincuenta (dos de cada tres) los que dejan de mejor gana que me incorpore a la carretera o calle por donde ellos circulan.
Los más jóvenes casi nunca te facilitan la maniobra (sólo uno de ocho)
Ahora debería de sacaer las conclusiones(personales) que todo estudio estadístico acarrea; y mitad en serio, mitad en broma son las siguientes:
Las mujeres son bastante más comprensivas que los hombres.
Las mujeres de entre treinta y cincuenta todavía creen en la existencia de algún hombre bueno (y te dejan pasar para ser tú parte de su estudio estadístico).
Las mujeres de coches modestos son mejores personas que las de coches de gama alta (sinque ello quiera decir que éstas últimas sean malas, aunque sí egoísticas y egocéntricas).
Las mujeres más jóvenes sólo ven un tipo de cuarenta años con cara de agobiado metido dentro de un coche, sin más. (Es muy posible que con otra clase de coche y con la cara de un viernes por la tarde, de un sábado, o de un domingo por la mañana, me dejaran pasar casi sin dudarlo).
Los hombres que pasan de los cincuenta y conducen coches potentes ya viene un poc de vuelta de la vida y permiten que no pierdas el tiempo esperando; porque saben mejor que nadie que el tiempo es oro y el suyo, sus mejores años,ya lo han disfrutado.
Los hombres con coches modestos y de mediana edad están quemados por la sociedad y por los cambios que se ha producidos en los últimos veinte años. Sólo piensan en la hipoteca y poco más.
Y los más jóvenes (esos que no me dejan pasar casi ninguna vez) no me ceden el paso porque, supongo, están pensando en follar. O eso creo yo viéndoles la cara; y si no es así, me empezaría a preocupar. Porque hay alguno que lo necesita de verdad.

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