En este país de impresentables en el que a veces me despierto existe una cantidad ingente de hijos de puta (con todos mis respetos a las putas; mujeres que, como mucho, fingen, y de qué manera, y algunas de las cuales sufren, por desgracia, en primerísima persona, esa vida perra y deleznable que otra persona, o personas, le impone). Resulta que últimamente (hablo de años) los juzgados de esta España cainita están saturados y las sentencias tardan en producirse, y cuando lo hacen, el reo ya no debía de ser reo, o la persona que esperaba una resolución favorable se ha muerto por culpa de esa enfermedad profesional(hablo del amianto, por ejemplo). Sin embargo, esos chorizos sinvergüenzas que se camuflan detrás de unas siglas de un partido político o de una Asociación o de un Fundación, campan a sus anchas después de apropiarse (que manda cojones con el verbo; porque lo que han hecho es robar como cabrones, aunque el término jurídico apropiado sea el otro) millones de pesetas o de euros, que ya me da igual. Como mucho le piden una fianza elevada, que pagan con ese dinero que ha sido bien blanqueado, y santas pascuas, una petición ejemplarizante de la Fiscalía y luego nada, o muy poco... y a un tipo de barrio que se busca la vida para meterse unos picotazos de heroína le caen tres, cinco, siete, diez años... depende del día, del mono que lleve y de lo que la cosa se complique. Podría dar una lista de condenados y penas cumplidas de unos y otros. Podría preguntar a tantos políticos, a tantos alcaldes, a tantos banqueros dónde está todo ese dinero que nunca apareció pero sólo de pensarlo me dan ganas de vomitar. Esto es un desastre: un macarra de aldea le pega a una persona y no pasa nada... no había testigos, da igual que uno presente el parte de lesiones, otro delincuente absuelto, "yo no estuve allí", y punto... y seguido y sigue amenazando... como ya pegó una vez y no le pasó nada; y un día, un tío, más quemado que pepetero olímpico, tiene una trifulca con un conductor o con un policía municipal chulo y prepotente en pleno centro de la ciudad y ya puede tener un buen abogado porque lo tiene complicado; y así cientos de cosas... por no comentar casos más desgraciados y que dejan a la Justicia con el culo (un culo fofo, gordo y celulítico, repugnante), al aire. Es muy triste. Señores goberantes pongan más juzgados, más secretarios, más personal, más jueces... haga algo, señor Ministro de su Ministerio, haga algo ¿o no ve lo que está pasando? Hay vidas que se pierden para siempre y no debería de ser así. Sentencias injustas a sabiendas que son injustas, amiguismo caciquil,politiqueo barato, esto se ha convertido en un monopoly judicial lamentable e indigno. A veces creo que lo mejor que le podía pasar a este mundo es que la raza humana desapareciera... y que cada uno rindiera cuentas a su conciencia... pero claro, hay alimañas de dos piernas que carecen de ella y así nos va. y, como siempre, pagarían justos por pecadores.
Pero cuando la Justicia de un país protege a los asesinos y violadores (caso Marta del Castillo, por ejemplo) deja de tener ese respeto tan necesario para que una sociedad viva tranquila. Cada vez que ocurre un caso de esos, todos damos un paso al frente que nos acerca al precipicio de la insurrección. Porque le podía haber pasado a cualquiera, te podía haber pasado a ti... ¿y qué harías?
martes, 20 de julio de 2010
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