Tú, que me decías "hasta mañana,rey" con la tristeza dormida en tu boca.
Tú, que me regalabas tus ojos cada vez que me mirabas.
Tú, que me acariciabas la cara con las manos llenas de vida.
Tú, que me besabas como si el mundo se acabase en un segundo.
Tú, que me leías el cuento del Príncipe Feliz con la voz quebrada.
Tú, que me contaste los sueños imposibles que se harían realidad algún día.
Tú, que me decías "te quiero, te quiero, te quiero" nada más verme.
Y yo que me lo creía.
Y era todo mentira.
Y yo, roto y desgastado, todavía lloro mientras mi corazón repite:
"te odio, te odio, te odio".
jueves, 8 de julio de 2010
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