martes, 27 de abril de 2010
¡¡Salvemos a Grecia!! (¿Y quién nos slavará a nosotros?)
Los países de la Unión Europea andan como locos con el asunto de que Grecia está económicamente en los huesos. Se habla de un rescate, de acudir en auxilio de esa economía, de ayuda colectiva y solidaria. ¡Cómo está el tema, Dios mío! Cuando nos lo pintan así, a saber cómo será la realidad. Yo, desde lo más profundo de mi ignorancia, alucino. Resulta que nosotros, España,vamos a contribuir con no sé qué cantidad de dinero para que Grecia sobreviva y no contamine los mercados, palabras que escuché en la radio hoy a la mañana; parece ser que La bolsa está que trina y baja y luego sube unn poquito, menos de lo que bajó, y vuelve a bajar, y así hasta no sé... hasta que pase algo gordo, supongo. En fin, que ya veo yo que dentro de unos meses este gobierno zapaterista nos dirá que, claro, como fuimos solidarios con Grecia, con los bancos, con las empresas de fabricación de automóviles, con los ayuntamientos, etc nos vengan con la rebaja diciendo: señores, estamos más tiesos que Rocinante, hay que apretarse el cinturón. el problema será que ese cinturón no tendrá más agujeros y habrá que, tomar aire, aguantarlo, hacer otro y pasar unos meses (o años, que ya sería más preocupante)así, chupaditos, chupaditos, subsistiendo y a dos velas. Yo ya me hago a la idea de que el Ave, la Tanscantábrica(era yo un chaval y creo que ya habían empezado las obras) y algún proyecto más se retrasarán hasta nuevo aviso. Eso sí: los clubes de fútbols seguirán endeudándose, Florentino invertirá no sé cuántos millones en fichar a alguien que, sea rentable o no, llame mucho la atención, la Fórmula uno continuará tirando litros y litros de combustible por el bien del espectáculo y alguna cosa más que se me olvida, que ya ni ganas de pensar me quedan. Es una pena, de verdad. Y lamentable. Me entristece mucho porque al final quienes pagaremos el pato seremos los de siempre. Tocará hacer números, y hacerlos bien, no como parece que los hace el señor Rodriguez Zapatero y su equipo. Y que no piense que tengo nada contra él, para nada. Es más, yo siempre creí en su buena voluntad y en sus buenas intenciones, en sus ideas... pero claro: mire donde mire hay un desencantado.
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